Miserando
atque Eligendo
En el Nombre de la Santísima
Trinidad. Amén.
Sintiendo que se acerca el
ocaso de mi vida terrena, y con viva esperanza en la Vida Eterna, deseo
expresar mi voluntad testamentaria sólo en cuanto al lugar de mi sepultura.
Mi vida y mi ministerio
sacerdotal y episcopal los he confiado siempre a la Madre de Nuestro Señor,
María Santísima. Por tanto, pido que mis restos mortales descansen esperando el
día de la resurrección en la Basílica Papal de Santa María la Mayor.
Deseo que mi último viaje
terrenal termine en este antiquísimo santuario mariano, al que acudía en
oración al inicio y al final de cada Viaje Apostólico, para encomendar
confiadamente mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle sus dóciles y
maternales cuidados.
Pido que se prepare mi
sepulcro en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la
Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal, como se
indica en el anexo adjunto.
El sepulcro debe estar en la
tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción:
Franciscus.
Los gastos para la preparación
de mi entierro serán cubiertos por la suma del benefactor que he dispuesto, que
será transferida a la Basílica Papal de Santa María la Mayor y para la cual he
encargado las oportunas instrucciones al Arzobispo Rolandas Makrickas,
Comisario Extraordinario del Capítulo Liberiano.
Que el Señor dé una merecida
recompensa a quienes me han amado y seguirán rezando por mí. El sufrimiento que
se hizo presente en la última parte de mi vida lo ofrecí al Señor por la paz
mundial y la fraternidad entre los pueblos.
Santa Marta, 29 junio 2022
FRANCISCO
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