miércoles, 6 de diciembre de 2023
FRAY PABLO MARÍA DE LA CRUZ: Testimonio del Padre Sebastián Aldavero, sacerdote de Valladolid, España
lunes, 23 de octubre de 2023
viernes, 15 de septiembre de 2023
FRAY PABLO MARÍA DE LA CRUZ: ¡Hasta siempre, Pablo!
El pasado lunes, 17 de julio,
le decíamos “¡hasta siempre!” a Pablo Alonso Hidalgo, fray Pablo María de la
Cruz, que había realizado su profesión religiosa en la orden de los Carmelitas
Calzados el 25 de junio, cuatro días antes de que ingresara en el noviciado in
articulo mortis, una fórmula canónica adaptada a circunstancias excepcionales.
Pablo padecía desde los dieciséis años, Sarcoma de Ewing, una enfermedad que
marcó su vida (y probablemente la de sus seres más cercanos) de forma
indeleble. Después de tanto tiempo de lucha, a primeros de junio la certeza de
una muerte próxima y el deseo ardiente de responder a la llamada de Dios
coincidieron en él felizmente: “Es mi deseo consagrarme a Dios y vivir en
obsequio de Jesucristo. (…) Sentí la llamada de Dios a la vida consagrada, y me
ha concedido este milagrazo, porque, según los médicos, mi enfermedad ya no se
considera curable y va más rápido de lo que pensaba”.
Y no se equivocaba. Se quedó
corto incluso en sus previsiones, aunque no en sus deseos. Todo ha sido
trepidante desde que, allá por el mes de agosto de 2021, se planteara en serio
su vocación en la Iglesia, durante un retiro en una casa carmelita. Desde entonces
su vida ha evidenciado el sorprendente contraste entre el progresivo
desmoronamiento físico y la asombrosa fortaleza interior, hasta el punto de
afirmar “lo increíblemente bonita que es la muerte en Cristo, que es algo que
no da miedo, que es alucinante y que es un tabú que hay que romper”. Entendió
que su vida era más fecunda muriendo que recuperando la salud, y lo experimentó
inundado de júbilo: “Por el sufrimiento en la enfermedad me encontré con Dios y
por la muerte en esta enfermedad me iré con Él, y esto es algo que me hace
inmensamente feliz”.
Su funeral resultó una
explosión de alegría, entre otras cosas porque Pablo lo dejó así dispuesto: que
fuese una fiesta, que no pudiese entrar nadie con la cara triste, que portaran
(si deseaban complacerle) la flor favorita, que inundasen de cantos la
celebración. Incluso dejó la playlist de las canciones. Nada de lloros y
lamentaciones (lloros y lamentos, no sé si hubo; lágrimas, muchas, puedo
atestiguarlo). Entiendo que, para el mundo, todo esto resulte casi un
escándalo, un hecho que descoloca en cierto modo, pero a buen seguro no sucede
así para todos los que le conocieron de cerca.
Fui profesor de Pablo durante
un curso (en el colegio Calasanz de Salamanca todos le recordamos con inmenso
cariño) justo el curso anterior al que le diagnosticaron la enfermedad. Lo que
mejor visualizo es su discreción y su constancia, la impronta de sencillez y
humildad que transmitían sus actos. Un ejemplo: su grupo era bastante numeroso,
y esa circunstancia determinaba que no hubiera mucho espacio entre los
pupitres. El suyo se ubicaba muy próximo a la puerta, por lo que tenía que
levantarse o moverse con frecuencia, para facilitar el acceso de alumnos o
profesores al aula, a la pizarra, a la mesa del profesor, etc. Pues bien, nunca
vi en él gestos de incomodidad o queja; al contrario, lo llevaba con
naturalidad y bonhomía.
Pero, en fin, esto solo acaba
de empezar, amigo Pablo. Ya lo repetía con insistencia el estribillo del himno
que los jóvenes convirtieron en lema de la celebración: No tengo miedo, Señor
de la vida, me quiero entregar. Y, ciertamente, la noche oscura del alma que tú
salvaste con decidida esperanza se tornará en una luz transformadora, porque,
como dice la canción, los hombres buenos no se entierran, se siembran. Para
mayor felicidad tu encuentro con el Padre ha coincidido con la festividad de la
Virgen del Carmen, y no quedará en el olvido tu recomendación encarecida: “dile
a los jóvenes que el que quiera seguir hablando conmigo lo tiene muy fácil, que
se acerque a la Eucaristía; allí me tienen siempre en línea”. En el abrazo
definitivo que habrá colmado tus deseos te llevas, sin duda, el calor de tantos
jóvenes que, contagiados de tu espíritu, acompañaron tus sueños con alegría y
canciones, con sentidas oraciones.
Y a nosotros nos queda lo más
importante: tu hermosa experiencia de vida y tu sublime lección de muerte.
¡Hasta siempre, Pablo!
Artículo original de Ramiro Merino González, profesor y poeta, publicado el 24 de julio de 2023 en “La Crónica de Salamanca”, Salamanca, España.
viernes, 1 de septiembre de 2023
FRAY PABLO MARÍA DE LA CRUZ: El Obispo de Salamanca relata su encuentro con él
Mons. José Luis Retana junto a Pablo María de la Cruz |
(Servicio Diocesano de
Comunicación de la Diócesis de Salamanca) El pastor de la
Diócesis de Salamanca, Mons. José Luis Retana, comparte en este artículo el
momento de gracia compartido junto al joven Pablo María de la Cruz, previo a su
profesión religiosa en la Orden del Carmen y de la que posteriormente fue
testigo el 25 de junio. Fray Pablo murió siendo carmelita, a los casi 22 años (los habría cumplido el 26 de julio) , el sábado 15 de julio, en la vigilia de Nuestra Señora del Carmen.
MONS. JOSÉ LUIS RETANA
GONZALO. OBISPO DE SALAMANCA
El viernes, 23 de junio,
estando en Ciudad Rodrigo, antes de las seis de la mañana, recibí un mensaje
del prior de los Carmelitas Calzados, vecinos y amigos en Salamanca, que decía
lo siguiente:
Buenos días, don José Luis.
Soy su amigo y vecino, Desi.
Disculpe el asalto mañanero. Le comunico que un novicio de Salamanca, Pablo,
que tiene 21 años, este domingo, día 25, a las 20:00 horas en nuestra iglesia
de El Carmen de Abajo va a hacer la profesión religiosa in articulo mortis. La
muerte de Pablo está cercana, pues se ha acelerado el cáncer, y hemos recibido
las dispensas necesarias desde Roma para admitirlo ya definitivamente a la
Orden del Carmen. Estamos apurando al máximo, para que pueda profesar en la
iglesia, pues lo ha pedido con insistencia. El Prior Provincial vendrá el
domingo para la vestición del hábito y para recibir sus votos.
Queremos informarle, y también
invitarle, si Vd. puede presidir solemnemente la Eucaristía. El Prior
Provincial se encargaría de pronunciar la homilía y de presidir el rito de la
profesión. Nosotros nos encargaríamos de organizar toda la liturgia. Siento la
precipitación, pero todo se ha acelerado y me siento en la obligación de
invitarle, porque sé que la vida de Pablo María de la Cruz va a dar mucho fruto
y su muerte será una palabra de Dios para nuestra Diócesis de Salamanca. Su
vida es ejemplar y su testimonio no deja indiferente a nadie, circula ya su
fama de vida virtuosa… Ya veremos a ver qué pasa. Él está sereno, en paz,
alegre, radiante… Dios mediante, y si es voluntad de Dios, desea morir con el
hábito de la Virgen, aquí, en el convento.
Un fortísimo abrazo, D. José
Luis. Ya me dirá algo. Perdón nuevamente por el atraco. Dios le bendiga. Desi.
Ante la imposibilidad de
presidir la celebración de la toma de hábito carmelita de Pablo por los
compromisos adquiridos. El sábado, 24, ya en Salamanca, a las doce de mediodía,
fui a visitar a Pablo en su casa, me acompañó Desiderio y nos presentamos en
casa. Estuvimos hora y media con sus padres y con él. El mensaje del día
anterior era completamente verdadero y fue un momento de gracia para mí.
Pablo, con su cabeza rapada,
sus 21 años, nos recibió con una alegría y una paz difíciles de describir en un
joven de esa edad, acrisolado por la enfermedad de varios años. Sus padres con
un dolor mitigado por la fe. Él enamorado de Cristo hasta las trancas y con un
afecto tan grande por la Iglesia, con una amistad tan extraordinaria con los
jóvenes que le visitan, a los que tiene que levantar el ánimo y los evangeliza
con su modo sencillo y extraordinario de afrontar la enfermedad, protegiendo el
dolor de sus padres hablando él mismo con los médicos después de las consultas,
el amor a la Eucaristía, la paz e incluso la alegría ante la muerte porque
entiende que en ella se cumple el designio grande para el que estamos hechos.
Pablo María entrega su vida en
obsequio de Jesucristo e insiste en ofrecer su vida por dos
intenciones: por la conversión de los jóvenes, para que conozcan el amor
de Dios manifestado en Jesús Eucaristía; y por la unidad de la Iglesia,
para que todos los movimientos, grupos eclesiales, itinerarios, Congregaciones
y Órdenes religiosas…, sean uno, de forma que brille en medio de nuestro mundo
y en la misma Iglesia la belleza del Cuerpo de Cristo.
Salí de aquella casa
completamente conmovido, viendo la grandeza de la obra que Cristo puede hacer
en la vida de un muchacho que se entrega a su amistad sin filtro ninguno. Una
gracia más con la que el Señor remueve mi tibieza en la entrega. La vida y el
modo de afrontar la muerte de Pablo se convierte en una denuncia profética a
nuestra tibieza en nuestra opción por Cristo. Salí de allí con un abrazo grande
a los tres, lleno de afecto y gratitud. Les bendije, sabiendo que yo era el
bendecido, por este Fiat tan grande de este joven muchacho que el domingo 25 se
consagró del todo al Señor in artículo mortis (al final pude presidir la
Eucaristía). Una muerte que ofrece por la conversión de los jóvenes. Su vida ya
está dando los frutos propios de una persona aferrada por Cristo.
Qué grande es Dios y qué bella
es la Iglesia y el Espíritu que trabaja en ella y a cada uno de nosotros. La
vida débil de Pablo dará frutos insospechados para los que estamos siendo
testigos de su entrega.
+ José
Luis Retana, obispo de Salamanca
viernes, 18 de agosto de 2023
FRAY PABLO MARÍA DE LA CRUZ: ¡El Cielo existe! Carta al Papa Francisco
El Sumo Pontífice recibió en
el vuelo a la JMJ una “cruz florecida” dibujada por el joven
(Oficina de Prensa de la
Provincia Carmelita “San Juan de la Cruz” de Aragón, Castilla y Valencia) El
día 29 de julio de 2023, festividad de Santa Marta, el Prior General de la
Orden del Carmen, Rvdmo. P. Míceál O’Neill, O.Carm., hizo llegar al Papa
Francisco de forma oficial la carta póstuma original que Fray Pablo María de la
Cruz, carmelita, le había escrito a su Santidad, para acompañarle también con
su oración y la entrega de su vida en el Encuentro Mundial de la Juventud en
Lisboa (Portugal).
La carta de fray Pablo María
de la Cruz, debido al bien que su vida está suscitando en tanta gente, fuera y
dentro de la Iglesia, iba acompañada de una carta informativa dirigida al Prior
General de parte de S.E.R. Mons. José Luis Retana Gozalo, y del M.R.P. Salvador
Villota Herrero, Prior Provincial de los carmelitas de la Provincia de Aragón,
Castilla y Valencia de S. Juan de la Cruz, los cuales expresaban con asombro y
gratitud lo vivido durante esos días en el Convento carmelita de San Andrés.
Así mismo, solicitaban que la
carta de fray Pablo María de la Cruz-pensando en el bien que pudiera hacer en
tanta de gente de buena voluntad, y, sobre todo, en los jóvenes que van a
participar en la JMJ de Lisboa- le fuera reenviada al Papa Francisco.
La corresponsal de COPE en el
Vaticano e Italia, Dña. Eva Fernández, esta mañana, día 2 de agosto, en la
rueda de prensa en el avión que trasladaba al papa Francisco a la JMJ de
Lisboa, le ha hecho entrega a Su Santidad, como obsequio de los periodistas, el
dibujo que fray Pablo María había hecho de una “cruz florecida”, llena de vida
y de flores, y que, más tarde, junto con la frase bíblica de Isaías 43, 1 y un
pensamiento sobre el significado de la enfermedad de Fray Pablo, se utilizarían
para confeccionar el recordatorio de su funeral. Dado que ya se ha hecho la entrega oficial de
la carta, la reproducimos a continuación. Junto al dibujo, los periodistas
adjuntaron la carta de fray Pablo María de la Cruz, que, previamente, por vía
oficial, había sido enviada.
Carta de fray Pablo María de la Cruz, carmelita,
al Papa Francisco
Salamanca, 12 de julio
de 2023
Querido papa Francisco.
Soy fray Pablo María de la
Cruz Alonso Hidalgo, carmelita. Tengo 21 años. El pasado 25 de junio de 2023
recibí la gracia de ser admitido a la profesión religiosa, “in articulo
mortis”, haciendo voto de pobreza, obediencia y castidad en la Orden del
Carmen, en el Convento de S. Andrés de Salamanca, lugar donde vivió S. Juan de
la Cruz. A estas alturas sólo me sale dar gracias a Dios por este regalo
inmerecido y tan grande que me ha hecho nuestra Madre la Iglesia a través de la
Orden del Carmen. El proyecto de vida no podía ser más fascinante: “vivir en
obsequio de Jesucristo”.
Llevo 6 años combatiendo
contra el sarcoma de Ewing. Soy consciente que todo tiene una razón dentro del
plan de Dios. En medio de altibajos, días mejores y peores, y con mucha purificación
por medio de la enfermedad, hoy contemplo mi vida y puedo confesar que he sido
y soy feliz. He descubierto que el centro de mi vida no es la enfermedad, sino
Cristo. Como les he dicho a mis amigos, a mi familia, a mis hermanos carmelitas:
“Por el sufrimiento en la enfermedad me encontré con Dios, y por la muerte en
la enfermedad me iré con Él. Y, por ello, le doy gracias”.
Me encuentro actualmente en la
unidad de paliativos del Hospital Clínico Universitario de Salamanca y presiento
que el Padre, en su infinita misericordia, me llamará muy pronto a estar con
Él. Los médicos, en esta recta final, me han dado una gran noticia: que podré regresar
al convento, y, allí, entregar mi vida a Jesús, muriendo en El Carmen de Abajo,
donde tantas gracias he recibido a los pies de la Virgen del Carmen. El
misterio de la cruz ha presidido mi vida, pero puedo gritar con fuerza, con san
Tito Brandsma, al que me encomendé hace unos meses: “La cruz es mi alegría, no
mi pena”. No obstante, no he estado sólo en este período de enfermedad, Jesús
Eucaristía me ha acompañado todos los días, siendo Él el mejor paliativo y la
mejor medicina a mis dolores. Ya lo he dejado dicho para que lo anuncien en mi
funeral, que “el que quiera hablar conmigo lo tiene muy fácil, que se acerque a
la Eucaristía, allí me tienen siempre en línea. ¡Si sentimos el mismo fuego en
el amor a Jesús-Eucaristía, tú y yo, hermano, somos UNO!”.
Deseaba participar en la JMJ
de Lisboa con Vd. y con tantos jóvenes de todo el mundo que van a desplazarse
allí esos días. Sé por experiencia que el fuego interno que puede tener un
joven enamorado de Jesús no lo puede apagar nadie. Pido al Señor que en Lisboa
arda ese fuego del Amor de Dios. ¡Como me gustaría que los jóvenes conocieran a
Jesús, mi Amado! ¡Me ha dado tanto! ¡Me ha consolado tanto. ¡Me ha hecho tan
feliz! Físicamente, estoy sin fuerzas, pero la comunión de los santos me
permitirá participar de otra manera más profunda y no menos cercana con Vd. De
hecho, no sé si, cuando reciba esta carta, le podré acompañar desde la oración,
o, si Dios en su infinitiva misericordia, me habrá llamado ya. En ese caso,
espero que me permita entonces echarle una mano –¡y mucho mejor!– desde el
Cielo, haciendo lío y fiesta, como Vd. bien dice.
Le he pedido al Señor con
insistencia ser pequeño y pobre, y, así, estar cerca de los más pequeños,
especialmente de los más enfermos y de sus familias. La cruz me ha dado un olfato
especial para ver qué les sucede y la valentía para acercarme a tocar sus
heridas. También quiero que a las familias de los enfermos les llegue mi
ofrecimiento. Por lo tanto, uno la debilidad de mi frágil vida –pero que sé que
es preciosa a los ojos de Jesús– así como mis intenciones a las suyas,
aprovechando la JMJ. Pido al Señor, en primer lugar, por la conversión de los
jóvenes, para que se encuentren con el amor de Dios a través de Jesús Eucaristía.
En segundo lugar, ofrezco mi vida por la Iglesia, nuestra Madre, y pido el
auxilio de la Virgen María para que todos los movimientos, itinerarios, grupos
eclesiales, Congregaciones y Órdenes religiosas sean uno, de forma que la
división no afee su rostro y brille en medio de nuestro mundo, y en la misma
Iglesia, la belleza del Cuerpo de Cristo. Y lo tercero, me uno a la pasión del
Señor para que la ofrenda de mi pobre vida, si el Señor así lo considera, nos
ayude a desterrar el miedo a la muerte. ¡El Cielo existe!
En el Carmelo, el Jardín de
Dios, antesala del Cielo, crece María, el Girasol de Dios, a la que me gusta
llamarla e imaginármela como la Virgen del Primavera. A Ella le pido que transforme
los desiertos del dolor en jardines de consolación, y en sus manos deposito la evangelización
de los jóvenes.
Encomiendo al Señor en mi
oración a la Orden del Carmen, a la Diócesis de Salamanca y a toda la Iglesia.
Que Jesús y María le acompañen
en su ancianidad y en el anuncio del Evangelio.
Rezo por Vd. Rece por mí.
Fray Pablo María de la
Cruz, carmelita.
viernes, 28 de julio de 2023
FRAY PABLO MARÍA DE LA CRUZ: La gente buena no se entierra, se siembra
La Virgen del Carmen le recibió en su Orden “in artículo mortis” y en las Vísperas de su Fiesta le llevó con Ella |
Misa funeral de Fray Pablo
María de la Cruz, carmelita. El Carmen de Abajo, Salamanca, 17 julio 2023.
Colgamos a continuación el
vídeo con la retransmisión de la misa funeral de fray Pablo María de la Cruz,
carmelita.
(Oficina de Prensa de la Provincia Carmelita “San Juan de la Cruz” de Aragón, Castilla y Valencia) El P. Desiderio García antes de comenzar la celebración saludó a los presentes y expresó el sentido de la Eucaristía: “Presentar al Altísimo a Pablo María de la Cruz y dar gracias a Dios por su vida”. Y recordó unas palabras que fray Pablo quería tener presentes en su funeral: “Diles, el que quiera seguir hablando conmigo lo tiene muy fácil: que se acerque a la Eucaristía, allí me tienen siempre en línea. Hermano, si sentimos el mismo fuego en el amor a Jesús-Eucaristía, tú y yo somos UNO”.
Fray Pablo junto a sus padres y su hábito carmelitano |
El Prior Provincial destacó en
sus palabras que, con fray Pablo, todos hemos experimentado “una explosión de
esperanza en todos los corazones, tan necesitados como estamos de ella. Una
esperanza que abre el firmamento y se asienta en el cielo”. Como tenía Pablo: “Los
pies en la tierra y el corazón en el cielo”. Hizo una lectura del camino de
purificación y conversión que en estos años de enfermedad ha llevado a este
joven a “tener el corazón muy lleno de Cristo” y a querer “la vida eterna”. Y
recordó que la llamada que le hizo Cristo “ha ido inseparablemente unida al
sufrimiento, a la enfermedad y al amor de cruz”. Una guerra en la que el amor
ha vencido. Como decía fray Pablo, con serenidad: “Si aceptamos de Dios los
bienes, ¿no vamos a aceptar los males? (Jb 2,10b). Si aceptamos de Dios todo,
¡todo es todo!” (Fray Pablo María de la Cruz, carmelita).
Tras la comunión, tomó la
palabra el obispo de Salamanca, Mons. José Luis Retana, y dirigiéndose a la
familia de fray Pablo María de la Cruz, recordó la conversación mantenida con
Ricardo y Mari Carmen, sus padres, el día durante la comida fraterna en la
Fiesta del Carmen: “En ninguna de vuestras peticiones de un milagro habríais
podido siquiera imaginar el bien y la belleza que habéis experimentado en todo
lo que está rodeando la muerte de vuestro hijo, vuestro hermano y nuestro amigo
Pablo”.
viernes, 21 de julio de 2023
FRAY PABLO MARÍA DE LA CRUZ: La Virgen del Carmen le recibió en su Orden “in artículo mortis” y en las Vísperas de su Fiesta le llevó con Ella
Fray Pablo en la ceremonia de ingreso al Noviciado |
Queridos amigos y hermanos del
blog: seguí con mucha emoción las distintas instancias del último tramo de la
vida terrena de Fray Pablo, el joven de 21 años que ingresó en los Carmelitas
“in articulo mortis”, quien padecía un grave sarcoma de Ewing desde hacía seis
años.
En las vísperas de la Fiesta
de Nuestra Señora del Carmen, la diócesis de Salamanca lo comunicó en sus redes
sociales: “Esta mañana, en el Convento carmelita de San Andrés de Salamanca, ha
entregado su vida al Padre fray Pablo María de la Cruz Alonso Hidalgo, Orden
del Carmelo. Descanse en paz”.
Ingreso en el noviciado
Con tan solo 21 años, la
esperanza de vida de Pablo era casi nula. Por esto, se le consideró 'in
articulo mortis', es decir, en peligro de muerte y por ello, el joven decidió ingresar
a la comunidad de Carmelitas bajo el nombre religioso Pablo María de la Cruz. Fue
a finales de junio cuando ingresó en el noviciado en la iglesia Carmen de
Abajo, presidido por Salvador Villota, provincial carmelita.
Nunca tuvo miedo a morir
Fray Pablo con sus padres |
Pablo nunca tuvo miedo de
morir, pues como afirmó en ocasiones anteriores “lo que quería comunicar es lo
increíblemente bonita que es la muerte en Cristo, que es algo que no da miedo,
que es alucinante, y que es un tabú que yo creo que hay que romper”. Al
salmantino le parecía “hasta mucho tiempo”, de las “ganas” que afirmó tener de
encontrarse “con el Padre”.
Sus familiares han explicado las últimas horas de Fray Pablo: “Anoche jóvenes, amigos de él, del Camino, de Hakuna, de Effetá, del Opus, del colegio, de la Universidad...le acompañaron en una vigilia de adoración. En el coro estaba su cama vacía, pero salieron sus padres a saludarnos. Abajo estaban sus hermanos rezando con todos los demás. Cuentan cosas alucinantes de él, hasta su último momento de conciencia. Les ha procurado dar fe y paz a todos hasta el final”.
Velatorio y funeral sin luto: “Quiero que estéis alegres”
La Virgen del Carmen, fiel testigo de su entrega |
Fue su deseo que en su velatorio se realizara la exposición del Santísimo Sacramento, y que quien pudiera llevara “su flor favorita”, y al cementerio “macetas con flores, para convertir su sepultura en un Carmelo, el jardín de Dios”. Recordó que “Nuestro Señor Jesucristo convirtió el leño de la cruz en Árbol de vida eterna”, por eso, este fraile no se cansaba de exclamar: “La cruz es mi alegría, no mi pena”.
Miriam, su hermana mayor,
recordó que “la cruz para los cristianos es aquello que te marca”, y que Pablo
lo que había descubierto, “es que en la cruz está la salvación”. Él abrazó la
cruz de su enfermedad a la cruz de Cristo. También manifestó el deseo de su
hermano de dejar en su velatorio “una cruz florecida”, y propuso que todos se
acercaran a dejar su flor,” y aquel sufrimiento que os está matando y que no
entendéis”.
El pastor de la Diócesis de
Salamanca, manifestó su cariño y cercanía a la familia y subrayó que “Jesús se
compadece de nosotros y nos llena de su alegría. Y quiere respondernos desde la
cruz”. Su muerte “siempre será para nosotros una lección suprema y paradójica.
Porque en esa muerte se nos da la vida, en su negra oscuridad se enciende la
luz, y en su aparente vacío se nos entrega la más dulce y eterna compañía. Así
lo habéis celebrado esta larga noche de joven alegría”.
El prelado confesó estar conmovido por “la grandeza de la obra que Cristo” ha hecho en la vida de Pablo. “La vida de Pablo dará frutos insospechados para los que hemos sido testigos de su entrega y para toda la Iglesia”, manifestó.
Artículo escrito con información aparecida en “Religión Confidencial”, y del Servicio Diocesano de Comunicación de la Diócesis de Salamanca.