Papa Francisco inaugura maratón del Rosario. Foto: Vatican Media |
Al comenzar el mes de María,
el Papa Francisco inauguró el maratón del rezo del Rosario por el fin de la
pandemia que se llevará a cabo durante todo el mes de mayo y en el que
participarán Santuarios de todo el mundo.
El Santo Padre rezó los
misterios gloriosos del Rosario ante la Virgen del Socorro, que se encuentra en
la Capilla Gregoriana de la Basílica de San Pedro, junto a casi 200 fieles.
Al finalizar, el Papa recitó
esta emotiva oración:
Bajo tu protección buscamos
refugio, Santa Madre de Dios.
En la presente situación
dramática, cargada de sufrimientos y de angustias, que abarca a todo el mundo,
recurrimos a Ti, Madre de Dios y Madre nuestra, y buscamos refugio bajo tu
protección.
Oh, Virgen María, dirige a nosotros
tus ojos misericordiosos en esta pandemia del coronavirus, y consuela a quienes
están perdidos y lloran por sus queridos difuntos, sepultados a veces en una
forma que hiere el alma.
Sostiene a quienes están
angustiados por las personas enfermas, a las cuales, para impedir el contagio,
no pueden estar cerca.
Infunde confianza en quien
está en ansia por el futuro incierto y por las consecuencias sobre la economía
y sobre el trabajo.
Madre de Dios y Madre Nuestra,
implora de Dios para nosotros, Padre de misericordia, que esta dura prueba
termine y que vuelva un horizonte de esperanza y de paz.
Como en Caná, interviene ante
tu Hijo Divino, pidiéndole de consolar a las familias de los enfermos y de las
víctimas y de abrir su corazón a la confianza.
Protege a los médicos, los
enfermeros, el personal sanitario, los voluntarios que en este periodo de
emergencia están en primera línea y ponen en riesgo su vida para salvar otras
vidas.
Acompaña su cansancio heroico
y dona a ellos la fuerzan, bondad y salud.
Permanece al lado de quienes,
por la noche y de día, asisten a los enfermos y a los sacerdotes que, con cura
pastoral y compromiso evangélico, buscan ayudar y sostener a todos.
Virgen Santa, ilumina las
mentes de los hombres y de las mujeres de ciencia, para que encuentren
soluciones correctas para vencer este virus.
Asiste a los responsables de
las naciones, para que actúen con sabiduría, cura y generosidad, socorriendo a
quienes les falta lo necesario para vivir, programando soluciones sociales y económicas
con lucidez y con espíritu de solidaridad.
María Santísima, toca las
conciencias para que las grandes sumas (de dinero) usadas para aumentar y
perfeccionar los armamentos sean en cambio destinadas a promover adecuados
estudios para prevenir similares catástrofes en el futuro.
Madre amadísima, haz crecer en
el mundo el sentido de pertenencia a una única grande familia, en la conciencia
del vínculo que a todos une, para que con espirito fraterno y solidario ayuden
a las muchas pobrezas y a las situaciones de miseria. Anima la firmeza en la
fe, la perseverancia en el servicio, la constancia en la oración.
Oh María, Consoladora de los
afligidos, abraza a todos tus hijos tributados y obtiene que Dios intervenga
con su mano omnipotente a liberarnos de esta terrible epidemia, para que la
vida pueda volver a su curso normal con serenidad.
Confiamos en Ti, que
resplandeces sobre nuestro camino como signo de salvación y de esperanza, o
clemente, o pía, o dulce Virgen María. Amén.
Conduce los pasos de tus peregrinos que desean rezarte y amarte en los santuarios dedicados a ti en todo el mundo bajo los títulos más diversos que llaman tu intercesión, sé para cada uno, una guía segura. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario