sábado, 15 de febrero de 2020

ORACIONES: Devoción de los 30 días de San José


Queridos amigos y hermanos: esta devoción está tomada de un folleto impreso en Buenos Aires bajo la firma del sacerdote jesuita J. Santillana.

En él se puede leer lo siguiente acerca de la misma: "Basta la lectura de esta Oración para tenerla como muy cristiana y teológica y como muy recomendable y eficaz para conmover ese poder y bondad del Santo Patriarca y para alcanzar por su medio las gracias más difíciles y extraordinarias.

Las razones de esta afirmación son las siguientes:

a) La materia doctrinal de esa Oración es la más teológica y completa.

b) El fin general de ella, el más devoto y grato al Santo: honrar la memoria de los treinta años que vivió con Jesús y María en la tierra.

e) Los títulos que se invocan, poderosísimos para mover el corazón del Santo.

d) La forma ferviente en que está escrita es de fe vivísima, de ternura sensible, y de urgente e irresistible instancia... Es el alma toda la que en todas sus frases pide y suplica, gime y llora, conmueve y triunfa de las resistencias del mismo Dios.

e) Y si a todo se añade la insistencia y perseverancia durante treinta días en tan larga y vehemente súplica del alma, no será temerario afirmar según el dogma católico que es una oración teológica y cristiana, eficaz e irresistible.

f) No hay en ella nada de superstición o revelación o infalibilidad o algo imposible o impropio. Por el contrario lo que se pide y se confía conseguir es sencillamente algo muy conveniente y necesario; aunque difícil y extraordinario; pero nada de milagros infalibles y a plazos fijos y por modos y prácticas supersticiosas. Todo está fundado en el dogma católico de la oración e intercesión de los Santos, y en la creencia y confianza del pueblo cristiano en el poder y bondad del Santo Patriarca.

La práctica de esta devoción ha de ser muy sencilla. Récese la oración treinta días consecutivos, y será más eficaz rezarla ante la imagen o altar del Santo; pero cuando eso no sea posible, puede rezarse en la casa particular. Se recomienda mucho la comunión, al menos los miércoles de esos treinta días.

Devoción de los 30 días de San José
-para pedir una gracia extraordinaria-

+ Por la señal de la Santa Cruz, + de nuestros enemigos, + líbranos, Señor, Dios Nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

¡Oh, amabilísimo Patriarca San José! Desde el abismo de mi pequeñez y miseria te contemplo con emoción y alegría de mi alma en tu trono del cielo, como gloria y gozo de los bienaventurados, pero también como padre de los huérfanos en la tierra, consolador de los tristes, amparador de los desvalidos, auxiliador de los Ángeles y Santos de Dios ante el trono de Dios, de tu Jesús y de tu santa Esposa.

Por eso yo pobre, desvalido, triste y necesitado, te dirijo hoy y siempre mis lágrimas y penas, mis ruegos y clamores del alma, mis arrepentimientos y mis esperanzas; y hoy especialmente traigo ante tu altar y imagen una pena que consueles, un mal que remedies, una desgracia que impidas, una necesidad que socorras, una gracia que obtengas para mí y para mis seres queridos.

Y para conmoverte y suplicarte que me oigas y conseguir tu favor, te la pediré y demandaré durante 30 días continuos, en reverencia a los 30 años, que viviste en la tierra con Jesús y María; y te la pediré, urgente y confiadamente, invocando todos los títulos que tienes, para compadecerte de mi; y todos los motivos que tengo para esperar que no dilates el oír mi pedido y remediar así mi necesidad; siendo tan cierta mi fe en tu bondad y poder, que al oírla te sentirás también obligado a obtener y darme más aún de lo que te pido y deseo.

1) Te lo pido por la bondad divina que obligó al Verbo Eterno a encarnarse y nacer en la pobre naturaleza humana, como Dios de Dios, Dios hombre y Dios del hombre.

2) Te lo suplico por tu ansiedad inmensa al sentirte obligado a abandonar a tu Santa Esposa.

3) Te lo ruego por tu resignación dolorosísima para buscar un establo y un pesebre para palacio y cuna de Dios nacido entre los hombres.

4) Te lo imploro por la dolorosa y humillante circuncisión de tu hijo Jesús, y por el santo, glorioso y dulcísimo nombre que le impusiste por orden del Eterno Padre.

5) Te lo demando por tu sobresalto al oír del Ángel la muerte decretada contra tu Hijo Dios, por tu obediente huida a Egipto, por las penalidades y peligros del camino, por la pobreza extrema del destierro y por tus ansiedades al volver de Egipto a Nazaret.

6) Te lo pido por tu aflicción dolorosísima de tres días, al perder a tu Hijo, y por tu consolación suavísima al encontrarle en el templo, y por tu felicidad inefable de los años que viviste en Nazaret con Jesús y María, sujetos a tu autoridad y providencia.

7) Te lo ruego y espero por el heroico sacrificio, con que ofreciste la víctima de tu Jesús al Dios Eterno para la cruz y para la muerte por nuestros pecados y nuestra redención.

8) Te lo demando por la dolorosa previsión que hacías todos los días al contemplar aquellas manos infantiles, taladradas después en la cruz por agudos clavos; aquella cabeza que se reclinaba dulcísimamente sobre tu pecho, coronada de espinas; aquel cuerpo divino que estrechabas sobre tu corazón, desnudo, ensangrentado y extendido sobre los brazos de la cruz, aquel último momento en que le veías expirar y morir.

9) Te lo pido por tu dulcísimo tránsito de esta vida en los brazos de Jesús y María y tu entrada en el Limbo de los Justos y al fin en el Cielo.

10) Te lo suplico por tu gozo y tu gloria, cuando contemplaste la resurrección de tu Hijo Jesús, su subida y entrada en los cielos y su trono de Rey inmortal de los siglos.

11) Te lo demando por tu dicha inefable cuando vistes salir de esta vida a tu esposa resucitada, y ser subida a los Cielos por los Ángeles, y coronada en un solio junto al tuyo.

12) Te lo pido y ruego y espero confiadamente por tus trabajos, penalidades y sacrificios en la tierra, y por tus triunfos y gloria y feliz bienaventuranza en el cielo con tu Hijo Jesús y tu Esposa Santa María.

¡Mi buen Patriarca San José! Yo inspirado en las enseñanzas de la Iglesia Santa y de sus Doctores, Teólogos y Santos, y en el sentido universal del pueblo cristiano, siento en mí una fuerza misteriosa, que me alienta y obliga a pedirte y suplicarte y esperar me obtengas de Dios la grande y extraordinaria gracia que voy a poner ante tu altar e imagen y ante tu trono de bondad y poder en el Cielo.

(Ahora, levantando el corazón a lo alto se le pedirá a San José con certera confianza la gracia que se desea alcanzar por su poderosa intercesión).

Obtenme también para los míos y los que me han pedido que ruegue por ellos, todo cuanto desean y les es conveniente.

San José, ruega por nosotros: para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Oración

Señor Dios, que con inefable providencia elegiste al bienaventurado San José para Esposo de tu santísima Madre; te rogamos nos concedas tener por intercesor en el cielo, al que veneramos por protector en la tierra. A Ti que vives y reinas, por los siglos de los siglos. Amén.

Glorioso Patriarca San José, ruega por nosotros.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

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