Queridos amigos y
hermanos del Blog, hoy 13 de octubre se cumple un nuevo aniversario de la
última aparición de la Santísima Virgen a los niños pastores de Fátima en
Portugal.
El mensaje que
María Santísima ha querido entregarnos a través de Lucía, Jacinta y Francisco
-los 3 pastorcitos de la Cova
de Iría- es de suma actualidad, ya que en nuestro tiempo se está cumpliendo en
el mundo lo que Ella había profetizado en sus apariciones acaecidas en 1917.
El mismo Papa San
Juan Pablo II, se hizo eco de este mensaje de la Virgen y lo proclamó ante
el mundo. Con qué palabras de dolor y
angustia consagró el 13 de mayo de 1982 la humanidad entera al Corazón
Inmaculado de María, dijo el Santo Padre: “¡De la guerra nuclear, de una
autodestrucción y de todo tipo de guerra, Líbranos! ¡Acoge, Madre de Cristo,
este grito cargado del sufrimiento de todos los hombres, cargado del dolor del
mundo entero!”.
Para mitigar
este dolor y encontrar consuelo y salvación, la Virgen Santísima
nos ha recomendado en Fátima, repetidas veces, que rezáramos el Santo Rosario
todos los días, para alcanzar de Dios, nuestro Padre, la paz del mundo. El Papa Magno nos dejó el mejor de los
ejemplos rezando diariamente el Santo Rosario, ya que según sus palabras “es su
oración predilecta”.
La oración es
el primer apostolado de cada uno y para todos.
Valgámonos nosotros también de este primer apostolado y pidamos antes de
comenzar el Santo Rosario por la paz y por la conversión de los pecadores, ya
que dice María de Fátima: “muchas almas van al infierno porque no tienen quienes
rueguen y se sacrifiquen por ellos”.
También pidamos en cada Rosario por el aumento y la perseverancia de las
vocaciones sacerdotales, religiosas y laicales.
Pero la Virgen no solamente nos
pide en Fátima que recemos el Rosario, sino que meditemos sus misterios, ya que
“un Rosario sin meditación es como un cuerpo sin alma”.
Es la Virgen Santísima
la que manifestó a Sor Lucía que “quiere que le hagamos compañía meditando los
misterios del Santo Rosario”, y el Papa nos invita a meditar con María en los
misterios que Ella meditaba como Madre y continúa guardando en su Corazón, como
consigna el Evangelio de San Lucas, capítulo 2, versículo 51.
Cuánto más
podríamos meditar acerca del mensaje de Fátima, pero baste esto por ahora, Ella
nos pide ser del todo suyos, y si lo intentamos nos dirá lo que un día
pronunció ante Sor Lucía: “No te desanimes, yo nunca te abandonaré, mi Corazón
Inmaculado será tu refugio y el camino que te conducirá a Dios”.
Con
mi bendición.
Padre
José Medina
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