Toda historia tiene su
comienzo y su andadura. Tanto el historiador pagano Tácito, en su obra Annales,
como el Papa Clemente, en su Carta a los Corintios, testifican que muchos
cristianos sufrieron martirio en medio de indecibles tormentos con la
persecución desencadenada por el emperador Nerón después del incendio de Roma,
en el año 64.
Hoy, 30 de junio, celebramos a
estos Santos Protomártires de la Iglesia Romana, que marcan el inicio en la
andadura de la Comunidad Eclesial. Durante el gobierno del Emperador Claudio,
muchos judíos se asientan en Roma, así como un nutrido grupo de cristianos,
siendo respetado en sus creencias.
Pero una vez que Agripina
envenena al César, el hijo de aquella, Nerón, asciende al trono imperial.
Entonces manda quemar de forma silenciosa y por terceros la ciudad. Cuando el
Senado, desconociendo la verdad, busca a los culpables, la responsabilidad recae
falsamente sobre los cristianos. A partir de entonces, se inicia una cruel
persecución que se prolongará hasta el año 313, en que Constantino publique el
Edicto de Milán.
Todos los seguidores del
Evangelio, acusados de ser enemigos de los intereses imperiales, son arrestados
por orden de Nerón y son llevados a las cárceles romanas, a la espera de su
ejecución. Allí serán confortados unos con otros, descubriendo lo que el Señor
dice en el Evangelio: “Os azotarán, os entregarán a los tribunales porque no
han conocido mi Nombre”. Unos serán crucificados, y otros caerán bajo la
espada, e incluso serán llevados como pasto de las fieras.
Tampoco faltarán los que sean
utilizados para arder como antorchas en los palacios del César una vez
martirizados, utilizando con los niños la burla de forrarles con piel de
cordero para que sean devorados por los perros salvajes. “Los sufrimientos de
ahora no pesan lo que la Gloria que un día se nos manifestará porque el Amor de
Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos
ha dado”, recuerda San Pablo.
“A estos hombres (Pedro y
Pablo), maestros de una vida santa, vino a agregarse una gran multitud de
elegidos que, habiendo sufrido muchos suplicios y tormentos también por
emulación, se han convertido para nosotros en un magnífico ejemplo”, escribe el
Papa San Clemente en su carta a los Corintios.
El Martirologio jeronimiano es
el primero en registrar la conmemoración del martirio de más de 900 cristianos
en tiempos de Nerón. En dicho documento se señala el 29 de junio como el día
destinado a la memoria de estos hombres y mujeres, coincidiendo con la
efeméride de San Pedro y San Pablo. Se le atribuye a San Pío V, en el s. XVI,
la primera mención en el Martirologio Romano de estos protomártires, con fecha
24 de junio. En la actualidad, la Iglesia los conmemora cada 30 de junio, un
día después de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo.
Oración a los Santos
Protomártires de la Iglesia Romana
Señor, Dios nuestro, que
santificaste los comienzos de la Iglesia romana con la sangre abundante de los
mártires, concédenos que su valentía en el combate nos infunda el espíritu de
fortaleza y la santa alegría de la victoria. Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
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