Querido Santo Padre Benedicto XVI, te entrego a Dios, y, como criatura suya, te pongo en sus manos, pues es tu Creador, el que te formó del polvo de la tierra.
Que, al dejar esta vida, salgan a tu encuentro la Virgen María y todos los ángeles y santos.
Que Cristo, que sufrió muerte de cruz por ti, te conceda la verdadera libertad.
Que Cristo, Hijo de Dios vivo, te aloje en su paraíso.
Que Cristo, buen pastor, te cuente entre sus queridas ovejas.
Que te perdone todos los pecados y te agregue al número de sus elegidos.
Que puedas contemplar cara a cara a tu Redentor y gozar de la visión de Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo estén contigo, te infundan esperanza y te conduzcan a la paz de su reino celestial, por los siglos de los siglos. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario