Texto del Evangelio: Lc 1,39-45
En aquellos días, se levantó
María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró
en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el
saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del
Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres
y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga
a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el
niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le
fueron dichas de parte del Señor!».
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