viernes, 1 de mayo de 2020

VIVENCIAS PERSONALES: 30 años de amistad con Nino Romero y de la primera emisión de “Dios con Nosotros”

Nino Romero y el Padre José Medina.

En este primero de mayo quiero evocar dos acontecimientos, intrínsecamente unidos y muy importantes para mí, como persona y como profesional: el haber conocido al periodista y locutor Nino Romero (San Luis, Argentina) y de su mano la primera emisión de mi programa “Dios con Nosotros” / “Una luz en tu vida” (AM Radio Dimensión, San Luis, 1 de mayo de 1992). Me apetece dejar por escrito este testimonio de gratitud y de reconocimiento, porque nadie se hace sólo en la vida, el poder realizar sueños e ilusiones, necesita de ese entramado misterioso con las personas que Dios va poniendo en nuestro camino, y que, como en este caso, siguen siendo parte de los afectos más nobles y entrañables por siempre.

Querido Nino: una vez más, como al principio, como después, como siempre, nos volvemos a encontrar, a través de un artículo periodístico de por medio, para una nueva partida de ese mano a mano que vos y yo iniciamos hace ya 30 años.  ¿Te acordás?...

Yo era un seminarista en los últimos años de formación, principios de 1990. Mons. Juan Rodolfo Laise, en aquel tiempo Obispo de San Luis, por un conocido en común se enteró que previa a mi entrada al Seminario había tenido experiencia en Medios de Comunicación. “Ni lerdo, ni perezozo”, y aquellos que le conocimos sabemos que le cuadra muy bien esta expresión, se vino al Seminario del Volcán, me buscó y me preguntó si era cierto. Y, luego de mi respuesta, ya ni volví a despedirme de aquel pequeño pueblo de San Roque donde daba catecismo los sábados e inmediatamente me mandó a verte.

Llegué una tarde a los viejos estudios de Radio Dimensión y allí me dieron tu dirección. Caminé, por Av. Illía y luego por Mitre. Y ahí estaba yo, tímidamente, con mi negra sotana, golpeando las puertas de tu casa, y vos y Mirtha abriéndome las puertas de vuestra casa y las de vuestro corazón. Ahí empezó todo. Ese momento marcó un antes y un después en mi vida. ¿Por qué? Porque no había pensado, hasta ese momento, que mi vida sacerdotal, iba a transitar por estudios de radio y televisión, ni por las oficinas de edición de los diarios, ni por ver algún libro escrito por mí en los escaparates de una librería, ni pensar en una presencia en las redes sociales, inexistentes por esos años. Pero todo fue como yo no lo pensé ni imaginé, todo fue como lo pensó e imaginó Dios.

Nino Romero con el Padre José Medina
haciendo radio en el atrio de la
Parroquia San Chárbel de San Luis.
Es imposible enumerar todo lo que hicimos juntos en los medios de comunicación de la ciudad y provincia de San Luis, pero si es posible una síntesis, la misma que vengo repitiendo hace ya… tantos años. Lo que sé de medios de comunicación lo aprendí de Nino Romero, con Nino haciendo radio aprendí a hacer radio; con Nino haciendo televisión aprendí a hacer televisión; con Nino escribiendo para “El Diario de la República” aprendí a ser periodista.

Recuerdo que ese año hacías “Truenos y Relámpagos” por Radio Dimensión y en ese programa que duraba muchas horas de la mañana de los sábados yo tuve mi primer espacio en el cual hacíamos, a mi entender, muy buena dupla, espacio que titulamos “Sólo Dios es el Señor”, y allí entre médicos, políticos, astrólogos, aparecía yo, proyecto de cura, lanzándome “sin red” a los temas que proponías y con tus preguntas, para nada suaves ni correctas, para alguien que hacía sus primeros pinitos en radio…

¡Cuántos años han pasado querido Nino! Ya no soy aquel joven seminarista de 27 años, hoy soy un sacerdote con casi 29 años de ordenado y con 57 canosos años de vida. Ya no vivo en la Parroquia San Charbel del Barrio Jardín San Luis, aunque parte de mi corazón sacerdotal allí se quedó, con aquellos feligreses tan amados, que siguen presentes en mi corazón y en mis oraciones. Dicen que para un sacerdote su primera parroquia es como la primera novia, y dicen también, que a la primera novia nunca se la olvida…

Hoy vivo en Pinto, a casi 25 km. al sur de la ciudad de Madrid. Soy Capellán del Hospital
Nino Romero con el Padre José Medina
en un móvil de exteriores durante
una misión mariana en la ciudad de San Luis.
Universitario Infanta Elena, Capellán de las Monjas Clarisas y confesor de la Parroquia Santiago Apóstol, las tres en la vecina ciudad de Valdemoro. Y ya sé, desde hace muchos años, que el Domingo no habrá asado, sino paella; y que el “cocido madrileño” es muy distinto al que se guisa en otras partes de España.

¿Qué fue de “Dios con Nosotros”, aquel microprograma religioso que se emitió por primera vez en AM Radio Dimensión el 1 de mayo de 1992? Durante 18 años consecutivos se emitió en distintas radios de Argentina, Chile y Uruguay, llegando en un momento a emitirse en 120 radios de esos países. Al cruzar el charco cambió su nombre por “Una luz en tu vida” y desde el 13 de enero de 2014, estando ya en su 7mo año consecutivo de emisión, se irradia en Radio María España, para sus 60 repetidoras en toda la nación española y desde su página web y App para el mundo entero. Algo que no puedo, por lo menos yo, es contabilizar las emisiones que lleva el ciclo con sus distintos nombres por diversas radios de Latinoamérica al poder descargarse y emitirse gratuitamente desde mi canal de audios en iVoxx.

Quizás lo más importante, y lo que me motivó a escribir estas palabras es lo que no aparece, ni aparecerá escrito, y es el sentimiento de amistad y de gratitud por todo lo vivido junto a vos Nino, y lo que queda, por la gracia de Dios, por vivir.

Porque, vos Nino y yo sabemos, que no sólo debemos usar los medios de comunicación para anunciar a Cristo al mundo; debemos predicar el Evangelio también al mundo de los medios de comunicación. ¡Esta cultura de los medios de comunicación debe ser evangelizada!  El Evangelio vive siempre en diálogo con la cultura, porque la Palabra eterna nunca deja de estar presente en la Iglesia y en la humanidad. Si la Iglesia se aleja de la cultura, el Evangelio queda silenciado. Para la Iglesia, el reto consiste en hacer que la verdad de Cristo se difunda en este nuevo mundo, con todas sus promesas, inquietudes e interrogantes.

Pero, bueno, ya me lié y extendí demasiado. Gracias Nino, por todo lo que me has dado, como persona y como sacerdote. Un fuerte abrazo mi hermano del alma, me encomiendo y te encomiendo.
José Antonio Medina
1 de mayo de 2020.

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