Nino Romero y el Padre José Medina. |
En este primero de mayo quiero
evocar dos acontecimientos, intrínsecamente unidos y muy importantes para mí,
como persona y como profesional: el haber conocido al periodista y locutor Nino
Romero (San Luis, Argentina) y de su mano la primera emisión de mi programa
“Dios con Nosotros” / “Una luz en tu vida” (AM Radio Dimensión, San Luis, 1 de
mayo de 1992). Me apetece dejar por escrito este testimonio de gratitud y de
reconocimiento, porque nadie se hace sólo en la vida, el poder realizar sueños
e ilusiones, necesita de ese entramado misterioso con las personas que Dios va
poniendo en nuestro camino, y que, como en este caso, siguen siendo parte de
los afectos más nobles y entrañables por siempre.
Querido Nino: una vez más,
como al principio, como después, como siempre, nos volvemos a encontrar, a
través de un artículo periodístico de por medio, para una nueva partida de ese
mano a mano que vos y yo iniciamos hace ya 30 años. ¿Te acordás?...
Yo era un seminarista en los últimos
años de formación, principios de 1990. Mons. Juan Rodolfo Laise, en aquel
tiempo Obispo de San Luis, por un conocido en común se enteró que previa a mi
entrada al Seminario había tenido experiencia en Medios de Comunicación. “Ni
lerdo, ni perezozo”, y aquellos que le conocimos sabemos que le cuadra muy bien
esta expresión, se vino al Seminario del Volcán, me buscó y me preguntó si era
cierto. Y, luego de mi respuesta, ya ni volví a despedirme de aquel pequeño
pueblo de San Roque donde daba catecismo los sábados e inmediatamente me mandó
a verte.
Llegué una tarde a los viejos
estudios de Radio Dimensión y allí me dieron tu dirección. Caminé, por Av.
Illía y luego por Mitre. Y ahí estaba yo, tímidamente, con mi negra sotana, golpeando
las puertas de tu casa, y vos y Mirtha abriéndome las puertas de vuestra casa y
las de vuestro corazón. Ahí empezó todo. Ese momento marcó un antes y un
después en mi vida. ¿Por qué? Porque no había pensado, hasta ese momento, que
mi vida sacerdotal, iba a transitar por estudios de radio y televisión, ni por
las oficinas de edición de los diarios, ni por ver algún libro escrito por mí
en los escaparates de una librería, ni pensar en una presencia en las redes
sociales, inexistentes por esos años. Pero todo fue como yo no lo pensé ni
imaginé, todo fue como lo pensó e imaginó Dios.
Nino Romero con el Padre José Medina haciendo radio en el atrio de la Parroquia San Chárbel de San Luis. |
Es imposible enumerar todo lo
que hicimos juntos en los medios de comunicación de la ciudad y provincia de
San Luis, pero si es posible una síntesis, la misma que vengo repitiendo hace
ya… tantos años. Lo que sé de medios de comunicación lo aprendí de Nino Romero,
con Nino haciendo radio aprendí a hacer radio; con Nino haciendo televisión
aprendí a hacer televisión; con Nino escribiendo para “El Diario de la
República” aprendí a ser periodista.
Recuerdo que ese año hacías “Truenos
y Relámpagos” por Radio Dimensión y en ese programa que duraba muchas horas de
la mañana de los sábados yo tuve mi primer espacio en el cual hacíamos, a mi
entender, muy buena dupla, espacio que titulamos “Sólo Dios es el Señor”, y
allí entre médicos, políticos, astrólogos, aparecía yo, proyecto de cura,
lanzándome “sin red” a los temas que proponías y con tus preguntas, para nada suaves
ni correctas, para alguien que hacía sus primeros pinitos en radio…
¡Cuántos años han pasado
querido Nino! Ya no soy aquel joven seminarista de 27 años, hoy soy un
sacerdote con casi 29 años de ordenado y con 57 canosos años de vida. Ya no
vivo en la Parroquia San Charbel del Barrio Jardín San Luis, aunque parte de mi
corazón sacerdotal allí se quedó, con aquellos feligreses tan amados, que
siguen presentes en mi corazón y en mis oraciones. Dicen que para un sacerdote
su primera parroquia es como la primera novia, y dicen también, que a la
primera novia nunca se la olvida…
Hoy vivo en Pinto, a casi 25
km. al sur de la ciudad de Madrid. Soy Capellán del Hospital
Universitario
Infanta Elena, Capellán de las Monjas Clarisas y confesor de la Parroquia
Santiago Apóstol, las tres en la vecina ciudad de Valdemoro. Y ya sé, desde
hace muchos años, que el Domingo no habrá asado, sino paella; y que el “cocido
madrileño” es muy distinto al que se guisa en otras partes de España.
Nino Romero con el Padre José Medina en un móvil de exteriores durante una misión mariana en la ciudad de San Luis. |
¿Qué fue de “Dios con
Nosotros”, aquel microprograma religioso que se emitió por primera vez en AM
Radio Dimensión el 1 de mayo de 1992? Durante 18 años consecutivos se emitió en
distintas radios de Argentina, Chile y Uruguay, llegando en un momento a
emitirse en 120 radios de esos países. Al cruzar el charco cambió su nombre por
“Una luz en tu vida” y desde el 13 de enero de 2014, estando ya en su 7mo año
consecutivo de emisión, se irradia en Radio María España, para sus 60
repetidoras en toda la nación española y desde su página web y App para el
mundo entero. Algo que no puedo, por lo menos yo, es contabilizar las emisiones
que lleva el ciclo con sus distintos nombres por diversas radios de Latinoamérica
al poder descargarse y emitirse gratuitamente desde mi canal de audios en
iVoxx.
Quizás lo más importante, y lo
que me motivó a escribir estas palabras es lo que no aparece, ni aparecerá
escrito, y es el sentimiento de amistad y de gratitud por todo lo vivido junto
a vos Nino, y lo que queda, por la gracia de Dios, por vivir.
Porque, vos Nino y yo sabemos,
que no sólo debemos usar los medios de comunicación para anunciar a Cristo al
mundo; debemos predicar el Evangelio también al mundo de los medios de
comunicación. ¡Esta cultura de los medios de comunicación debe ser
evangelizada! El Evangelio vive siempre
en diálogo con la cultura, porque la Palabra eterna nunca deja de estar
presente en la Iglesia y en la humanidad. Si la Iglesia se aleja de la cultura,
el Evangelio queda silenciado. Para la Iglesia, el reto consiste en hacer que
la verdad de Cristo se difunda en este nuevo mundo, con todas sus promesas,
inquietudes e interrogantes.
Pero, bueno, ya me lié y
extendí demasiado. Gracias Nino, por todo lo que me has dado, como persona y
como sacerdote. Un fuerte abrazo mi hermano del alma, me encomiendo y te
encomiendo.
José Antonio Medina
1 de mayo de 2020.
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