P.J.G./ReL 26 marzo 2020
El hospital de Valdemoro está
saturado por el coronavirus, convertido
todo él en una UCI, desde el 6 de marzo. Uno de los sacerdotes que lo
atienden es su capellán desde el 1 de septiembre, José Antonio Medina
Pellegrini, que es también confesor en la parroquia de Santiago Apóstol de la
ciudad (y bloguero de ReL).
Carlos
Herrera, en su programa radiofónico en la Cope el miércoles 25 por la mañana, habló
con él para acercar a los oyentes la realidad de un capellán de hospital.
"Miren las
vueltas de la vida: templos a puerta cerrada, pero no Iglesia paralizada. Son
dos cosas absolutamente distintas. Gracias a los medios de comunicación nuestra gente tiene la
persona siempre viva de Jesucristo", detalló el sacerdote.
Cuando pase la pandemia ("porque esto va a pasar, por la
gracia de Dios y el esfuerzo de médicos, biólogos y enfermeros"), el padre
Medina -que además de sacerdote es periodista- cree que habremos aprendido
muchas cosas, "y los
hombres de Iglesia vamos a revalorar la importancia de los medios de
comunicación social para transmitir el mensaje siempre nuevo, siempre
vivo, siempre maravilloso, siempre apasionante, de Jesucristo".
Un milagro diario, y gratitud a los sanitarios
"La vida es un milagro diario, levantarnos cada mañana, abrir
los ojos, aceptar el desafío de un nuevo día, es un milagro siempre, pero en
estos días es un milagro en mayúsculas, resaltado, y los capellanes de
hospitales estamos ahí plantándole cara a este virus tan terrible",
explicó el sacerdote, de 57 años.
"Estar bien de salud, sin ningún síntoma, y poder seguir
adelante en este desafío tan grande y tan maravilloso que es ser sacerdote de
Jesucristo, en este tiempo y en cualquiera, es motivo sobrado para darle
gracias al Dios de la Vida por estar así", añadió.
Medina explicó que el Hospital de Valdemoro, clasificado
oficialmente como "mediano", es hoy todo él "una gran UCI".
"Poco a poco empezó a irrumpir la presencia misteriosa, velada al
principio, que hoy ya todos vemos. Yo caigo de rodillas en agradecimiento, en reconocimiento, a todo
el personal, desde los directivos hasta el último celador, hasta la gente
querida de limpieza, por el buen ánimo, la disposición y entrega de la
gente de mi hospital".
Cada día en el hospital es
único e irrepetible
Argentino que lleva 12 años en
España, "vivo en Pinto y trabajo en Valdemoro, o sea, estoy entre Pinto y
Valdemoro", se ríe, refiriéndose al popular refrán. Empieza el día con las
religiosas y su misa serena y tranquila. Por la tarde acude al hospital hacia
las 4 de la tarde.
"El día a día del hospital es
único e irrepetible", explica el padre Medina. Al principio, al llegar a
este ministerio, a la misa del domingo le fue añadiendo el rosario, una oración
cada tarde con un espacio para la confesión en la capilla, los jueves una hora
santa. "Poco a poco
el personal, los pacientes y las familias fueron descubriendo que en la capilla
estaba el sacerdote por la tarde". Además de la visita habitual
del capellán a las habitaciones.
Medina explica que llegó al cargo
de capellán después de muchos años como sacerdote, sintiéndose bien preparado
para lo que pudiera encontrar. Al poco de empezar, dio con una anciana que
vivía sola en su habitación de hospital, sin parientes ni visitas. "Yo le
di mi speech, pero ella sacó la
mano y la alargó hacia mí, y entendí
que la abuela no necesitaba consejos ni la sabiduría del señor cura, necesitaba
una mano que estrechase la suya". La gente en el dolor y la enfermedad
necesita la referencia a la fe, el unirse a la Cruz del Señor, pero también los
gestos humanos de acompañamiento, explica el capellán. "Esa abuela me
enseñó mucho más que muchas materias del seminario".
Consuelo y la medicina de
Jesús el Salvador
El sacerdote, explicó, trae
"la medicina de Jesús el Salvador; salvador etimológicamente significa 'el
Salud-dador', el que da la salud, no sólo la del alma sino también a veces la
del cuerpo".
Rezar, acompañar, compartir, llevar
la comunión... y "cuando los médicos nos dicen que un ser querido va a
partir, o va a ser sedado, la gente se anima a llamar al sacerdote, a veces con
miedo de asustar al paciente". Pero el padre Medina recuerda que la Unción de los Enfermos es un
sacramento para vivos, que transmite "consuelo, gracia y el don de la
salud que da Jesús".
Se puede escuchar la intervención del padre José Medina con Carlos Herrera aquí
Artículo
publicado por el Portal Católico “Religión en Libertad” el 26 de marzo de 2020,
Madrid, España.
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