lunes, 30 de marzo de 2020

PASTORAL DE LA SALUD: Más que nunca HOSPITAL DE CAMPAÑA


Portada de la Revista “VIDA NUEVA”,
número 3.170, 21/03/2020.
“Que el rosario no se caiga de nuestra mano”

JOSÉ ANTONIO MEDINA PELLEGRINI
Capellán del Hospital Infanta Elena de Valdemoro (Madrid)

El coronavirus ha confinado a millones de españoles en sus casas. ¿El objetivo? Frenar su expansión ayudando así a quienes están en el frente de esta guerra: enfermos y personal sanitario. Entre ellos y junto a ellos, hombres y mujeres de Iglesia se entregan en las capellanías hospitalarias, en los centros sociales… Y también con la oración.

José Antonio Medina Pellegrini, sacerdote diocesano de Getafe, es, desde el pasado 1 de septiembre, capellán del Hospital Universitario Infanta Elena, en la localidad madrileña de Valdemoro, donde también acompaña al monasterio de las clarisas y es confesor en la parroquia Santiago Apóstol. Hace seis meses no podía ni imaginar lo que estaba por venir: el coronavirus lo ha puesto todo patas arriba y, desde la primera semana de marzo, el hospital está “desbordado”. No en vano, el pueblo es uno de los focos más devastadores de la pandemia.

Pese a todo, mantiene la calma y vive su nueva misión con una especial intensidad: “Aquí descubro cada día las maravillas de la gracia de Dios ante el dolor, aprendiendo a ver a Cristo en ese sufrimiento, unido a la Cruz de tantos enfermos”. Así, asegura estar “muy feliz y agradecido, más allá de lo arduo y delicado que es el trabajo ministerial en un hospital”.

“La capellanía sacerdotal –enfatiza– es una expresión de la pastoral de la salud. Este es un ministerio eclesial de compañía y asistencia, inspirado por el Espíritu Santo y realizado en nombre del Señor Jesús en su Iglesia. Me centro en la dimensión espiritual del paciente, facilitando el acceso de los sacramentos a quienes lo deseen y ofreciendo mi oración, muchas veces compartiéndola en familia junto con el paciente; como así, también, ayudando en todo a quien más lo necesite”.

“En estos días tan especiales y recios –prosigue–, a menudo se me viene a la memoria la siguiente frase que está esculpida en la entrada del hospital San Giacomo de Roma: ‘Ven para ser sanado; si no sanado, al menos curado; si no curado, al menos consolado’. Los tres verbos, ‘sanar’, ‘curar’, ‘consolar’, proponen varios horizontes de salud y de esperanza. Estos tres verbos son una motivación muy fuerte cuando estoy ante cada enfermo en el hospital. Y, en esta triple disposición, me veo llevando en mi ministerio a Cristo, Buen Pastor, ‘que pasó por el mundo haciendo el bien y sanando a todos’”.

Con coraje

No ha caído en saco roto la reciente llamada del papa Francisco al pedir a los sacerdotes “que tengan el coraje de salir y acudir a los enfermos, llevando la fuerza de la Palabra de Dios y la Eucaristía y acompañando a los trabajadores sanitarios, los voluntarios, en este trabajo que están haciendo”. Medina Pellegrini la acoge apasionado: “¡Gracias, Santo Padre, por iluminar nuestro camino en estos días para centrarnos en lo esencial!”.

Por todo aquello de lo que está siendo testigo en el hospital de Valdemoro, el sacerdote expresa “mi respeto y mi admiración por los médicos, enfermeros, auxiliares y por todo el personal sanitario del centro, que están poniendo alma, corazón y vida para hacer su trabajo con profesionalidad y con un esmero y con un cuidado hasta en el detalle a los enfermos que es de admirar. Todo mi respeto, reconocimiento y gratitud para con ellos”.

“Debemos rezar, y mucho –concluye–, por los enfermos, por la salud y por la fortaleza de nuestros médicos y de todos los agentes sanitarios. También, rezar por el fin de esta pandemia y, por supuesto, encomendar al Señor de la Vida a aquellos seres queridos que han fallecido a causa de la misma. Que el rosario no se caiga de nuestra mano…”.

A esto último invita con todas sus fuerzas también a quienes están fuera del hospital. Y es que, todas las tardes, a las cinco y media, lo reza en la capilla. Y pide que se unan a él, cada uno en su casa, todos aquellos que puedan.


Artículo escrito por Miguel Ángel Malavia y publicado en la Revista “VIDA NUEVA”, número 3.170, del 21 de marzo de 2020, Madrid, España. © Vida Nueva 2020.

No hay comentarios: