Del 8 al 14 de febrero de
2013 realicé una peregrinación por los caminos de Santa Teresa de Jesús y de
San Juan de la Cruz. Junto al Obispo, Don Rafael Zornoza Boy, formadores y toda
la comunidad del Seminario “San Bartolomé” de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, nos
pusimos en camino de fe y comunión. No fueron días de vacaciones, sino de
peregrinación. Han sido para los seminaristas días que forman parte del proceso
formativo, que debe ser integral, en todo Seminario.
Sepulcro
de San Juan de la Cruz, en Segovia
Entre los muchos lugares que
visitamos estuvimos en Segovia, precisamente en el sepulcro de San Juan de la
Cruz, literato y religioso abulense, considerado el patrón de los poetas
españoles.
Uno de los visitantes más
ilustres que ha tenido el sepulcro de San Juan de la Cruz en Segovia llegó el 4
de noviembre de 1982. El papa Juan Pablo II recorrió algunas ciudades
españolas, y en Segovia ofició a los pies del Acueducto un gran encuentro, el
de mayor congregación de personas de los últimos años que se recuerdan en esa
capital. El Santo Padre aprovechó para acercarse al convento de los Carmelitas
Descalzos, fundado por San Juan de la Cruz en 1586, donde se encuentran sus
restos. De hecho, Karol Wojtyla basó su tesis doctoral en San Juan de la Cruz.
El cadáver del Santo no se
encuentra completo en su sepulcro. La integridad intelectual del Santo y poeta
no la consiguieron sus restos mortales, pues una disputa entre Úbeda (Jaén) y
Segovia hizo que se repartieran sus huesos.
Otras reliquias ubetenses de
Juan de Yepes están en el oratorio de San Juan de la Cruz. Allí se encuentran
un fémur y una mano. El resto del cuerpo está en el monasterio de los
Carmelitas. “La osamenta de Segovia está muy limpia y aseada, porque en 1992
unos expertos llegados del Vaticano la examinaron, desinfectaron, hidrataron y
recompusieron para que San Juan estuviera de buen ver”.
Fue una noble segoviana, Ana
de Mercado y Peñalosa, la que ordenó el traslado del cuerpo de San Juan de la
Cruz desde la ciudad jienense de Úbeda, donde había sido enterrado. San Juan le
había dedicado el poema ‘Llama de amor viva’. Al parecer, le había pedido este
trabajo literario en 1582, cuando le conoció en Granada.
La capilla en la que
descansan los restos de San Juan de la Cruz, aunque no estén todos, es obra de
Félix Granda, realizada en 1927, en homenaje a los 200 años de la canonización
del Santo. A la salida de la capilla se encuentra la iglesia que en su altar
mayor tiene un retablo moderno y gigantesco compuesto por nueve cuadros
inspirados en su obra poética. Son obra del Carmelita mexicano Gerardo López
Bonilla, con motivo de la visita de Juan Pablo II en 1982.
Juan de la Cruz una vez
ordenado sacerdote y al acabar Teología en Salamanca se propuso, con Teresa de
Jesús, la restauración de la orden del Carmen. Pero su vida fue complicándose a
medida a la par que sus viajes en nuevas fundaciones y visitas a conventos.
Desde Toledo Fray Juan fue enviado al Convento del Calvario, en la serranía de
Jaén. Luego estuvo en Baeza, Alcalá y Granada.
De regreso a Segovia, San
Juan accedió al cargo de primer Definidor y tuvo que fijar en este punto su
residencia y gobernar el convento. Sus tres años de estancia en la ciudad de
Segovia fueron un período de paz. Pero por discrepancias de pensamientos con
sus mismos hermanos de religión, fue trasladado a Jaén, teniéndose que
refugiar, al poco tiempo, por enfermedad, en un convento de Úbeda, donde
enfermó y murió, por lo que no pudo volver a Segovia, hasta después de muerto.
Convento de San Juan de la Cruz, Segovia, España. |
Mausoleo donde se encuentran los restos de San Juan de la Cruz. |
Homilía:
“San Juan de la Cruz y el Sacerdocio”
En la homilía (publicaré el
audio de la misma mañana 14, día que el santoral recuerda a San Juan de la Cruz)
que me tocó predicar en esa visita a los seminaristas traté de descubrirles las
bases sobre las que san Juan de la Cruz asentó su vida espiritual y su vivencia
sacerdotal.
Las podemos concretar en
tres grandes bases: la meta, el camino y el estilo.
Hay tres capítulos en el
segundo libro de la Subida (los capítulos 5, 6 y 7) que deberían ser los
primeros en estudiarse para entender el pensamiento espiritual de San Juan de
la Cruz, que en realidad no es pensamiento propio sino el pensamiento de la
Revelación.
En esos tres capítulos se
habla de:
1) La meta a la que hay que
tender: la UNIÓN CON DIOS.
2) El camino por el que hay
que ir: CRISTO CRUCIFICADO.
3) El estilo que hay que
llevar: la VIDA TEOLOGAL.
Así les he compartido una de
las visitas de este camino tras las huellas de Santa Teresa de Jesús y de San
Juan de la Cruz. En esos días hemos pedido para cada uno de nosotros la gracia
de un encuentro personal con Jesucristo, y que esta sea una experiencia de fe
que nos transforme totalmente y nos encamine a buscar decididamente la
santidad: la santidad del sacerdote diocesano.
Con
mi bendición.
Padre
José Medina
Predicando en la Capilla interna de los frailes carmelitas, construida dónde se emplazaba originalmente la celda de San Juan de la Cruz. |
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