viernes, 13 de diciembre de 2019

VIVENCIAS PERSONALES: Visita al Sepulcro de San Juan de la Cruz, en Segovia, España


Del 8 al 14 de febrero de 2013 realicé una peregrinación por los caminos de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz. Junto al Obispo, Don Rafael Zornoza Boy, formadores y toda la comunidad del Seminario “San Bartolomé” de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, nos pusimos en camino de fe y comunión. No fueron días de vacaciones, sino de peregrinación. Han sido para los seminaristas días que forman parte del proceso formativo, que debe ser integral, en todo Seminario.

Sepulcro de San Juan de la Cruz, en Segovia

Entre los muchos lugares que visitamos estuvimos en Segovia, precisamente en el sepulcro de San Juan de la Cruz, literato y religioso abulense, considerado el patrón de los poetas españoles.

Uno de los visitantes más ilustres que ha tenido el sepulcro de San Juan de la Cruz en Segovia llegó el 4 de noviembre de 1982. El papa Juan Pablo II recorrió algunas ciudades españolas, y en Segovia ofició a los pies del Acueducto un gran encuentro, el de mayor congregación de personas de los últimos años que se recuerdan en esa capital. El Santo Padre aprovechó para acercarse al convento de los Carmelitas Descalzos, fundado por San Juan de la Cruz en 1586, donde se encuentran sus restos. De hecho, Karol Wojtyla basó su tesis doctoral en San Juan de la Cruz.

El cadáver del Santo no se encuentra completo en su sepulcro. La integridad intelectual del Santo y poeta no la consiguieron sus restos mortales, pues una disputa entre Úbeda (Jaén) y Segovia hizo que se repartieran sus huesos.

Otras reliquias ubetenses de Juan de Yepes están en el oratorio de San Juan de la Cruz. Allí se encuentran un fémur y una mano. El resto del cuerpo está en el monasterio de los Carmelitas. “La osamenta de Segovia está muy limpia y aseada, porque en 1992 unos expertos llegados del Vaticano la examinaron, desinfectaron, hidrataron y recompusieron para que San Juan estuviera de buen ver”.
Fue una noble segoviana, Ana de Mercado y Peñalosa, la que ordenó el traslado del cuerpo de San Juan de la Cruz desde la ciudad jienense de Úbeda, donde había sido enterrado. San Juan le había dedicado el poema ‘Llama de amor viva’. Al parecer, le había pedido este trabajo literario en 1582, cuando le conoció en Granada.

La capilla en la que descansan los restos de San Juan de la Cruz, aunque no estén todos, es obra de Félix Granda, realizada en 1927, en homenaje a los 200 años de la canonización del Santo. A la salida de la capilla se encuentra la iglesia que en su altar mayor tiene un retablo moderno y gigantesco compuesto por nueve cuadros inspirados en su obra poética. Son obra del Carmelita mexicano Gerardo López Bonilla, con motivo de la visita de Juan Pablo II en 1982.

Juan de la Cruz una vez ordenado sacerdote y al acabar Teología en Salamanca se propuso, con Teresa de Jesús, la restauración de la orden del Carmen. Pero su vida fue complicándose a medida a la par que sus viajes en nuevas fundaciones y visitas a conventos. Desde Toledo Fray Juan fue enviado al Convento del Calvario, en la serranía de Jaén. Luego estuvo en Baeza, Alcalá y Granada.

De regreso a Segovia, San Juan accedió al cargo de primer Definidor y tuvo que fijar en este punto su residencia y gobernar el convento. Sus tres años de estancia en la ciudad de Segovia fueron un período de paz. Pero por discrepancias de pensamientos con sus mismos hermanos de religión, fue trasladado a Jaén, teniéndose que refugiar, al poco tiempo, por enfermedad, en un convento de Úbeda, donde enfermó y murió, por lo que no pudo volver a Segovia, hasta después de muerto.

Convento de San Juan de la Cruz, Segovia, España.

Mausoleo donde se encuentran los restos de San Juan de la Cruz.

Homilía: “San Juan de la Cruz y el Sacerdocio”

En la homilía (publicaré el audio de la misma mañana 14, día que el santoral recuerda a San Juan de la Cruz) que me tocó predicar en esa visita a los seminaristas traté de descubrirles las bases sobre las que san Juan de la Cruz asentó su vida espiritual y su vivencia sacerdotal.

Las podemos concretar en tres grandes bases: la meta, el camino y el estilo.

Hay tres capítulos en el segundo libro de la Subida (los capítulos 5, 6 y 7) que deberían ser los primeros en estudiarse para entender el pensamiento espiritual de San Juan de la Cruz, que en realidad no es pensamiento propio sino el pensamiento de la Revelación.

En esos tres capítulos se habla de:

1) La meta a la que hay que tender: la UNIÓN CON DIOS.
2) El camino por el que hay que ir: CRISTO CRUCIFICADO.
3) El estilo que hay que llevar: la VIDA TEOLOGAL.

Así les he compartido una de las visitas de este camino tras las huellas de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz. En esos días hemos pedido para cada uno de nosotros la gracia de un encuentro personal con Jesucristo, y que esta sea una experiencia de fe que nos transforme totalmente y nos encamine a buscar decididamente la santidad: la santidad del sacerdote diocesano.

Con mi bendición.
Padre José Medina

Predicando en la Capilla interna de los frailes carmelitas, 
construida dónde se emplazaba originalmente la celda de San Juan de la Cruz.

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