jueves, 28 de noviembre de 2019

ESCRITOS PERIODÍSTICOS: Testimonio personal como Capellán del HUIE

El paciente de un hospital tiene varias dimensiones reconocidas por la OMS (Organización Mundial de la Salud): la dimensión física, a la que se dedican básicamente los médicos y enfermeras; la dimensión psicológica, que el hospital también garantiza con atención psicológica; la dimensión social, de la que se ocupan los trabajadores sociales y tiene una dimensión espiritual o religiosa, que se garantiza también a través de la atención espiritual. En ésta última se encuentra la función del Capellán, que es parte del proceso de la humanización del hospital y de la atención integral al paciente.

Como Capellán del Hospital Universitario Infanta Elena de Valdemoro me centro en la dimensión espiritual, facilitando el acceso de los Sacramentos a quienes lo deseen y ofreciendo nuestra oración, y muchas veces compartiéndola en familia junto con el paciente; aunque también, en determinadas ocasiones, podamos hacer trámites a nivel social, a través de Cáritas, en beneficio de quien más lo necesite.

Como Capellán de Hospital descubro cada día las maravillas de la gracia de Dios ante el dolor, aprendiendo a descubrir a Cristo en el dolor unido a la Cruz de tantos enfermos. Lo que sí vivo, y es mi deber de gratitud decirlo en estas breves líneas, desde el primer día es que no estoy sólo. Cuento con la ayuda de tantos buenos profesionales, y de muchas personas generosas, como los voluntarios, que vienen a visitar a los enfermos que no tienen familiares o los tienen muy lejos y se encuentran más necesitados de compañía y afecto.

En la entrada del hospital “San Giacomo” de Roma, está esculpida la siguiente frase: “Ven para ser sanado, si no sanado al menos curado, si no curado al menos consolado”. Los tres verbos: “sanar”, “curar”, “consolar”, proponen varios horizontes de salud y de esperanza. Y en esta triple disposición yo me veo, llevando en mi ministerio a Cristo, Buen Pastor, “que pasó por el mundo haciendo el bien y sanando a todos” (Hechos 10,38).

Escrito del Padre José Medina para la Revista “Padre de Todos” de la Diócesis de Getafe, Madrid, edición del mes de noviembre de 2019, Nº 275.

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